Desde la falta de coordinación entre entidades públicas hasta la incapacidad de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) para reducir significativamente las pérdidas de agua, las críticas apuntan a una gestión que, según Sánchez, sigue atrapada en los errores del pasado.
La concejala señala con indignación la postura de la gerente de la EAAB, Natasha Avendaño García, y de los funcionarios de la actual administración. Según Sánchez, el discurso de "construir sobre lo construido" no ha sido más que una excusa para perpetuar el caos y la ineficiencia en la gestión del agua en la ciudad.
Este panorama, asegura, es reflejo de una administración que, lejos de ofrecer soluciones efectivas, ha optado por normalizar fallas estructurales con comparaciones con otras ciudades y justificaciones históricas.
La problemática no es menor: las pérdidas de agua por daños en las tuberías son atribuibles, según la EAAB, "a la falta de coordinación con otras entidades públicas". Sin embargo, esta explicación no alivia la frustración de los ciudadanos, quienes se ven obligados a pagar los costos de estas deficiencias, tanto en términos económicos como en calidad de vida.
Sánchez cuestiona quién debe responder por esta situación y critica los tiempos de respuesta del Acueducto, que superan las 25 horas en casos de daños críticos, incluso durante el racionamiento.
Inversiones millonarias, resultados cuestionables
En las últimas dos décadas, la EAAB ha invertido más de 2,5 billones de pesos para frenar las pérdidas de agua. No obstante, los resultados dejan mucho que desear: la reducción de estas pérdidas sigue siendo un desafío pendiente.
Según cálculos de la concejala, una disminución del 10% en las pérdidas podría generar un ahorro de aproximadamente 300 mil millones de pesos al año, equivalente a 56 millones de metros cúbicos de agua, o la capacidad de un embalse anual.
Estos datos subrayan la magnitud del problema y el impacto que podría tener una gestión más eficiente. La falta de resultados plantea serios interrogantes sobre la efectividad de las inversiones realizadas y la capacidad de la administración actual para implementar soluciones estructurales.
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Un llamado a la acción
Las denuncias de la concejala Heidy Sánchez reflejan un sentimiento generalizado entre los bogotanos: la necesidad de una gestión responsable, eficiente y transparente del agua. Más allá de excusas y justificaciones, la ciudad requiere concretas para garantizar un acceso sostenible y equitativo a este recurso vital.
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