Salvatore Mancuso aceptó su designación como gestor de paz

Salvatore Mancuso también respondió a las críticas y dudas sobre su papel en este proceso, afirmando su compromiso con la verdad.

En una declaración desde Estados Unidos, el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso aceptó la designación del presidente Gustavo Petro como gestor de paz. Mancuso también respondió a las críticas y dudas sobre su papel en este proceso, afirmando su compromiso con la verdad y su participación en la construcción de un futuro más pacífico para Colombia. Mira acá: El presidente Gustavo Petro firmó la resolución para que Salvatore Mancuso sea gestor de paz

Salvatore Mancuso responde a críticas por su nombramiento como gestor de paz

Ante las críticas y escepticismo que ha generado su nombramiento como gestor de paz, Mancuso declaró: "Yo quería aprovechar la ocasión para decirle algo a la procuradora Margarita Cabello y a aquellas personas a las que este nombramiento como gestor de paz les genera tanto escozor, yo no tengo rabo de paja, he venido participando en audiencias virtuales todos los días de mi vida durante 17 años, honrando mi palabra, contando verdades, reconociendo responsabilidades". Mancuso resaltó que después de su desmovilización en el marco de Justicia y Paz, no ha vuelto a cometer actos delictivos. Aunque esta afirmación está sujeta a la comprobación de la justicia, Mancuso sostiene que ha estado trabajando en la reconciliación y la construcción de paz desde su posición actual en Estados Unidos. A pesar de tener un proceso penal en la Fiscalía por presunto lavado de activos junto a Enilce López, alias La Gata, Mancuso insiste en su intención de ser un actor en el proceso de paz en Colombia. Su deseo es contribuir a través de su designación como gestor de paz, otorgada por el presidente Petro. La justicia deberá determinar la validez de su afirmación sobre su no participación en actividades ilícitas después de su desmovilización. Salvatore Mancuso anunció su intención de regresar a Colombia para trabajar en su papel como gestor de paz. A pesar de los desafíos legales y las controversias, su objetivo es contribuir a la reconciliación y a la construcción de una sociedad más pacífica. Su retorno plantea desafíos logísticos y legales que deben ser abordados para que pueda cumplir su compromiso.