Eliminación del subsidio al diesel

Apoyo a población vulnerable, una de las razones detrás de la eliminación del subsidio al diesel

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El ajuste del precio del diésel en Colombia es urgente para reducir el déficit fiscal y destinar recursos a necesidades críticas, como educación e infraestructura.

El precio del diésel en Colombia ha estado congelado durante 56 meses, lo que ha generado un déficit significativo en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC). Esta situación ha provocado un impacto severo en las finanzas públicas del país, acumulando un déficit promedio de $1 billón al mes.

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El Ministro de Hacienda ha señalado que, con los $56 billones destinados a mantener este subsidio, se podrían haber invertido en infraestructura vial, apoyo a la población más vulnerable o la modernización del parque automotor de carga .

En comparación con otros países de la región, Colombia mantiene uno de los precios más bajos del diésel, lo cual, si bien alivia temporalmente a los transportadores, perpetúa una crisis fiscal insostenible. Según una infografía del Ministerio de Hacienda, mientras en Colombia el precio por galón es de aproximadamente $11.360 COP (US$2,79), en países como México y Argentina el precio es significativamente más alto, llegando a US$4,96 y US$4,78 respectivamente.

El presidente Gustavo Petro ha defendido la necesidad de ajustar el precio del diésel, argumentando que mantener el precio congelado afecta a los más pobres al desviar recursos necesarios para educación y alimentación. Petro también subrayó que el subsidio beneficia principalmente a grandes corporaciones de transporte, que han convertido a los transportadores independientes en "obreros a sueldo". Además, hizo un llamado a las superintendencias para que investiguen a las empresas que traten de imponer condiciones laborales desfavorables a los transportadores.

Así mismo el Ministerio de hacienda afirma que, si no se ajusta el precio de combustible, se tendría que importar para cubrir la demanda del país. Según esta cartera, si no se sube el precio del combustible el Gobierno tendría que importar el 41,1% de la gasolina y el 27,7% del combustible para suplir la demanda nacional.

De igual forma, el ministerio advierte que, de no corregirse el valor del combustible, los ingresos de Ecopetrol disminuirían afectando la inversión social. Si las regalías que paga Ecopetrol al Gobierno son inferiores, con base al costo internacional del combustible, los recursos, que recibe el Estado por parte de esta empresa, serían insuficientes para cubrir los proyectos de infraestructura y programas sociales, adhiere la cartera.

La eliminación gradual del subsidio al ACPM no solo es una medida necesaria, sino también responsable. El Centro de Estudios Económicos Anif ha advertido que, en 2023, tres de cada cuatro pesos del déficit del FEPC fueron atribuibles a este subsidio, subrayando su impacto fiscal significativo.

Aunque la medida no será popular entre los gremios de transporte, es crucial para evitar una crisis fiscal mayor y permitir al gobierno destinar recursos a otras áreas prioritarias. Con la inflación en descenso y una necesidad urgente de corregir el rumbo de las finanzas públicas, ajustar el precio del diésel en Colombia es una acción inevitable para asegurar la estabilidad económica a largo plazo.


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