Bogotá enfrenta una crisis hídrica sin precedentes recientes y las medidas estructurales no son claras. / AFP.

Día Internacional del Agua: Bogotá debe aplicar una gestión sostenible para el largo plazo

Foto: Bogotá enfrenta una crisis hídrica sin precedentes recientes y las medidas estructurales no son claras. / AFP.
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La alcaldía de Carlos Fernando Galán ha implementado un racionamiento, pero esta medida no es una solución estructural. El Gobierno emitió resolución para el ordenamiento ambiental pero el Distrito se opone para "analizar" el contenido.

Este 22 de marzo se celebra el Día Internacional del Agua, una fecha que resalta la relevancia de preservar este recurso esencial y de implementar políticas públicas que aseguren su disponibilidad para todas las comunidades. Según la ONU, el mundo enfrenta una crisis hídrica sin precedentes: más de 2.000 millones de personas carecen de acceso a agua potable segura y se prevé que, para 2050, la demanda global de agua aumente en un 55% debido al crecimiento poblacional y al cambio climático.

En Colombia, la situación es igualmente preocupante. Aunque el país es rico en recursos hídricos, el mal manejo de las cuencas, la deforestación y el crecimiento desordenado de las ciudades amenazan la sostenibilidad del agua. En este contexto, Bogotá enfrenta una crisis que ha llevado a medidas de racionamiento y a un debate sobre cómo garantizar el acceso equitativo al recurso.

Compromiso de Gustavo Petro con la protección del agua

Durante su gestión como alcalde de Bogotá (2012-2015), Gustavo Petro promovió políticas enfocadas en la protección de los recursos hídricos y en la planificación urbana sostenible. En 2014, insistió en que el ordenamiento territorial debía centrarse alrededor del agua y no del mercado, destacando la importancia de preservar la Sabana de Bogotá para evitar la sobreexplotación y garantizar el suministro de agua a la población, una postura que generó un fuerte enfrentamiento entre el entonces alcalde y los gremios, sobre todo el constructor que había proyectado los grandes proyectos de expansión urbana hacia el norte de la capital, los cuales se verían afectados por la regulación ambiental.

Como presidente, Petro ha continuado con esta visión. En marzo de 2025, respaldó un proyecto de resolución del Ministerio de Ambiente que busca establecer lineamientos para el ordenamiento ambiental en la Sabana de Bogotá, con el objetivo de proteger ecosistemas y cuerpos de agua. Esta iniciativa ha generado debates debido a su impacto en proyectos urbanísticos, pero Petro ha defendido la medida como una acción necesaria para garantizar el acceso al agua y proteger el medio ambiente. En la actualidad, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca suspendió el trámite argumentando la falta de participación de entidades clave como la CAR Cundinamarca, Gobernación del departamento y Alcaldía de Bogotá, quienes exigieron tiempo para analizar el articulado.

El debate se centra principalmente en los megaobras de construcción que se han proyectado en la Sabana, así como corredores de movilidad que se suponen imprescindibles para que estas zonas puedan ser explotadas. La visión de ciudad y el ordenamiento del territorio son fundamentales en un momento en que la ciudad atraviesa la peor crisis de abastecimiento de su historia reciente, de ahí el afán del Gobierno por implementar regulaciones que permitan actuar en el futuro sin impedimentos legales que resulten complejos y se extiendan aún más en el tiempo.

Ya estamos viviendo la crisis hídrica

El presente de Bogotá ha estado marcado por una crisis hídrica que ha llevado a la implementación de racionamientos de agua en diferentes zonas de la ciudad. Los embalses del sistema Chingaza, que suministran aproximadamente el 70% del agua potable de la capital, registran niveles preocupantemente bajos. Al 16 de marzo de 2025, el embalse de Chuza, parte fundamental del sistema Chingaza, se encontraba al 37,58% de su capacidad, según fuentes del Distrito.

Todavía no se puede asegurar una recuperación de los embalses que abastecen la ciudad. La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá mantiene una postura prudente al respecto. / AFP.
Todavía no se puede asegurar una recuperación de los embalses que abastecen la ciudad. La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá mantiene una postura prudente al respecto. / AFP.

El alcalde Carlos Fernando Galán ha manifestado que, si las precipitaciones continúan, es posible que en abril se pueda levantar el racionamiento de agua en Bogotá. Sin embargo, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) ha destacado que, mientras los embalses no superen niveles adecuados, es prudente mantener las restricciones para garantizar el suministro continuo en el futuro.

Es importante aclarar que, para los expertos científicos, las precipitaciones per se no son el único indicador para afirmar que hay abastecimiento. Por el contrario, el comportamiento de las mismas indica si la recarga natural de los embalses se está dando de manera efectiva.

Fenómenos climáticos y su impacto en el abastecimiento

A pesar de las intensas lluvias registradas en Bogotá durante marzo, la crisis hídrica persiste. Esto se debe a que las precipitaciones se han concentrado en el área urbana de Bogotá y no en las zonas de recarga hídrica donde se encuentran los embalses principales, como Chingaza. El director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), Alfred Ignacio Ballesteros, explicó anteriomente que se requieren lluvias suficientes en las áreas de los embalses para aumentar sus niveles.

Además, la CAR ha señalado otros factores como la necesidad de lluvias nocturnas; pues cuando no hay fenómeno de radiación y por tanto no hay evaporación, son más efectivas para la recarga de los embalses. Durante el día, la vegetación absorbe más agua y reduce la cantidad de escorrentía hacia los embalses, lo que impacta la recuperación de los niveles de almacenamiento de agua en Bogotá.

La cantidad de precipitaciones que los bogotanos ven a diario no son necesariamente un indicador de superación de la crisis. Por el contrario, puede reflejar problemas climáticos aún mayores como la concentración de periodos más cortos de lluvia con volúmenes exagerados que generan problemas como encharcamientos e inundaciones.

Necesidad de políticas públicas para la conservación del agua

La situación actual subraya la urgencia de diseñar e implementar políticas públicas enfocadas en la conservación y gestión sostenible del agua. Estas políticas deben incluir la protección de ecosistemas estratégicos, la promoción de prácticas agrícolas y urbanas sostenibles, y la educación ambiental para fomentar el uso racional del recurso. Asimismo, es crucial fortalecer la infraestructura hídrica y mejorar los sistemas de monitoreo y alerta temprana para anticipar y mitigar los efectos de eventos climáticos extremos.

¿Cómo podemos cuidar el agua en Colombia?

Cada hogar puede contribuir a la conservación del agua implementando pequeñas acciones en el día a día. Algunas recomendaciones básicas incluyen:

  • Reducir el consumo de agua en el hogar: Cerrar la llave mientras se cepillan los dientes, reparar fugas y utilizar dispositivos ahorradores de agua.

  • Reutilizar el agua siempre que sea posible: Recoger agua lluvia para el riego de plantas o el uso en sanitarios.

  • Evitar el desperdicio en la limpieza: Usar baldes en lugar de mangueras para lavar carros o pisos.

  • Proteger fuentes hídricas: No arrojar residuos en ríos, quebradas y embalses.

  • Apoyar iniciativas de conservación: Participar en programas de reforestación y cuidado de ecosistemas estratégicos.

En el Día Internacional del Agua, es imperativo reconocer que la gestión eficiente y equitativa del recurso hídrico es fundamental para el bienestar de la población y la sostenibilidad ambiental. La experiencia de Bogotá advierte sobre la importancia de una planificación integral y de largo plazo que garantice el acceso al agua para las generaciones presentes y futuras.