Por segundo año consecutivo, la plaza del Pesebre de Belén carece de luces, árboles de Navidad y peregrinos. La guerra en Gaza y las restricciones impuestas por el ejército israelí en Cisjordania ocupada han eliminado el ambiente festivo en esta ciudad palestina.
La iglesia de la Natividad, que se erige en la plaza, refleja el mismo vacío. Allí, los cánticos de los monjes armenios que resuenan en la cripta donde se cree que nació Jesús son los únicos sonidos presentes. Según Mohamed Sabeh, un guardia del templo, la iglesia solía albergar entre 3.000 y 4.000 personas en estas fechas.
Desde que iniciaron los ataques del Estado de Israel contra Hamas en Gaza el 8 de octubre donde, según la ONU, un niño es asesinado cada hora, la violencia en Cisjordania ha escalado. Aunque Belén ha estado relativamente al margen del conflicto, su impacto se siente fuertemente.
Puedes leer: Escalada en Siria: Ofensiva militar y enfrentamientos intensifican la crisis.
La economía de la ciudad, dependiente del turismo extranjero, se ha visto gravemente afectada. Las restricciones de movimiento impuestas por Israel también han alejado a los visitantes palestinos. Según Sabeh, los cristianos de Ramala enfrentan controles de seguridad que generan extensos atascos, y asegura que los soldados israelíes los tratan "muy mal".
El alcalde de Belén, Anton Salman, destaca que además de las barreras existentes, el ejército israelí ha añadido nuevas barricadas alrededor de la ciudad, dificultando aún más la llegada de visitantes.
No es una Navidad normal en Belén
El alcalde de Belén señala que, debido a la guerra en Gaza y la tragedia que conlleva, realizar grandes celebraciones navideñas sería insensible. En su lugar, este año las actividades se limitarán a eventos religiosos, como las plegarias y la visita del patriarcado latino de Jerusalén, dejando de lado desfiles y congregaciones masivas.
Lee además: Ocho muertos en Cisjordania tras operación militar israelí: tensión en la región sigue escalando.
El impacto económico también es devastador. Suad Handal, un guía turístico, lamenta la ausencia de visitantes en una ciudad donde el turismo es fundamental. Comerciantes como Joseph Giacaman y Aboud, propietario de una tienda de souvenirs, describen cómo la falta de turistas ha obligado a cerrar negocios y ha sumido a muchas familias en la ruina.
En el barrio cristiano de la Ciudad Vieja de Jerusalén, a pocos kilómetros de Belén pero separado por el muro israelí, tampoco se han colocado decoraciones navideñas, reflejando la sombría situación de la región.
El éxodo de los cristianos
Las restricciones de seguridad y la crisis económica han llevado a muchos residentes de Belén a abandonar la ciudad. Según el alcalde, en el último año unas 470 familias cristianas han emigrado, aunque el fenómeno también afecta a otras comunidades.
Lee también: “Esto es un genocidio”: Amnistía Internacional acusa a Israel de guerra en Gaza.
El padre Frederic Masson explica que esta emigración no es nueva, pero los recientes acontecimientos han intensificado el proceso, especialmente entre los jóvenes que no ven posibilidades para construir un futuro en la ciudad.
Fayrouz Aboud, directora de la Alianza Francesa de Belén, destaca que muchos residentes buscan aprender francés para emigrar. Incluso su propio hijo, preocupado por las amenazas de anexión israelí, le sugirió abandonar la ciudad por temor a la violencia.
Te puede interesar: Alto al fuego entre Israel y Hezbolá en el Líbano: ¿Qué implica el acuerdo?
En colaboración con AFP
📢 Entérate de lo que pasa en Colombia, sus regiones y el mundo a través de las emisiones de RTVC Noticias: 📺 míranos en vivo en la pantalla de Señal Colombia y escúchanos en las 68 frecuencias de Radio Nacional de Colombia 📻.