La intensa lluvia que azotó a Bogotá el 6 de noviembre, dejando inundaciones severas en el norte de la ciudad, reavivó la discusión sobre la gestión del agua en la capital. Tras el evento climático, el presidente Gustavo Petro publicó en la red social X su postura sobre la necesidad de recoger el agua de lluvia como medida para mitigar la crisis hídrica que se avecina en Bogotá.
"Estas lluvias en Bogotá deberían ser recogidas en infraestructuras para ahorrar agua potable", escribió el mandatario. Propuso destinar fondos, a través de un decreto de desastre, a las juntas de acción comunal y organizaciones vecinales para que implementen rápidamente sistemas de captación de agua, como tanques y desviaciones de agua de techos. Según Petro, esta idea había sido planteada en su Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de 2014, que fue desestimado por el Concejo de Bogotá en su momento.
Estas lluvias en Bogotá deberían ser recogidas en infraestructuras para ahorrar agua potable. Sugerí un decreto de desastre para trasladar dineros a juntas de acción comunal y organizaciones de vecinos para hacer estas infraestructuras rápidamente. Tanques y desvío de agua lluvia… https://t.co/cJlZBcBokc
— Gustavo Petro (@petrogustavo) November 6, 2024
La propuesta de Petro y los antecedentes
Durante su alcaldía en Bogotá, Petro promovió una visión de ciudad organizada en torno al agua y al manejo sostenible de recursos hídricos. Su POT, conocido como "Bogotá Humana", buscaba implementar sistemas de alcantarillado capaces de almacenar aguas lluvias, aumentar los humedales y evitar la expansión urbana en zonas ecológicamente frágiles. La propuesta incluía limitar el crecimiento urbano hacia la reserva forestal Thomas Van Der Hammen y densificar el centro de la ciudad.
Sin embargo, el proyecto fue rechazado en 2014. Petro ha señalado que las autoridades de la época y algunos medios minimizaron los riesgos climáticos y calificaron de "populista" su enfoque ambiental, lo que impidió que Bogotá adoptara estas medidas de adaptación.
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¿Por qué recoger agua de lluvia?
La crisis hídrica actual de Bogotá se agrava por la dependencia del sistema Chingaza, que aporta el 70% del agua a la ciudad y cuyo nivel de almacenamiento ha caído debido a la falta de lluvias. Se proyecta que la capital podría llegar al "Día Cero" a finales de diciembre, lo que implicaría racionamientos de agua más estrictos. Ante este panorama, la captación de aguas lluvias se perfila como una medida viable para reducir la presión sobre el sistema de embalses y abastecer ciertos usos que no requieren agua potable.
Petro ya había mencionado en octubre la posibilidad de declarar el estado de desastre y destinar recursos para construir sistemas permanentes de recolección de aguas lluvias en hogares. Su propuesta fue recibida con cautela, aunque el alcalde Carlos Fernando Galán se mostró dispuesto a colaborar en el diseño de medidas a corto, mediano y largo plazo para enfrentar la crisis.
Obstáculos para la recolección de aguas lluvias en Bogotá
Bogotá no cuenta con un programa masivo de recolección de aguas lluvias en áreas urbanas. Si bien existen esfuerzos puntuales, como el programa Ecobarrios y la iniciativa Lluvia para la Vida de la Corporación Autónoma Regional (CAR), que distribuye kits de recolección de lluvias en zonas rurales, la implementación en toda la ciudad requeriría una fuerte inversión y cambio cultural.
En otros contextos, como Ciudad de México, la captación de agua lluvia ha ayudado a aliviar la presión sobre acuíferos. En esa ciudad, la instalación de sistemas de recolección cuenta con respaldo del gobierno local, lo cual ha sido fundamental para la aceptación de estas soluciones en la población.
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Un debate que apenas comienza
Las recientes lluvias en Bogotá subrayan la vulnerabilidad de la ciudad ante eventos climáticos extremos. La propuesta de Petro reabre el debate sobre la planificación urbana y la sostenibilidad, un tema clave en el contexto del cambio climático. La idea de recoger aguas lluvias, aunque viable, requerirá la cooperación entre el gobierno nacional, el distrito y la ciudadanía para su implementación.
Si bien el alcalde Galán ha mostrado disposición para trabajar en conjunto con el gobierno nacional, la declaratoria de desastre y la movilización de recursos dependerán del análisis técnico que llevará a cabo la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD). La capital enfrenta el reto de encontrar soluciones rápidas y efectivas para hacer frente a la crisis del agua, mientras miles de bogotanos experimentan los efectos directos de una infraestructura insuficiente para gestionar las lluvias intensas.
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