El comerciante de zapatos adeuda ese monto a la Dian, por lo que tendrá que pasar cuatro años en prisión.
Aunque parece insólito y un poco macondiano, Hamilton Hernández es un comerciante de calzado de la ciudad de Bucaramanga que fue condenado a 4 años de cárcel por deberle $320.000 pesos a la Dian. Todo empezó cuando Hamilton, quien tenía una empresa para vender calzado femenino en Bucaramanga, tuvo que realizar la liquidación de su actividad comercial correspondiente al año 2009. El emprendedor contrató los servicios de un contador que no liquidó las sumas de dinero de forma correcta. De esta manera, la empresa de Hernández no entregó $320.000 pesos a la Dian, por concepto de impuesto sobre las ventas (IVA).
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Debido a este hecho, la DIAN abrió un proceso de cobro en contra del comerciante.Proceso en contra de Hernández
Siete años después, es decir en 2016, Hamilton Hernández empieza a recibir comunicaciones a través de su abogado sobre el saldo que le debía a la Dian. "En 2016 empiezan a comunicarme con el abogado que entre comillas me defendía, que tenía un saldo con la Dian de 280.000 pesos más 32.000, en total eran 312.000 pesos, yo había quedado quebrado y no tenía manera de hacer un arreglo, estaba pasando por una situación económica difícil, si había para comer no tenía para otras cosas como para pagarle a la Dian", contó. Lo más insólito de esta historia, es que, debido a un mal asesoramiento de su contador y abogado, quienes le decían que no tomara ninguna acción encaminada a pagar la deuda, pues esta se extinguiría con el paso del tiempo, ahora el comerciante no puede solventar la deuda. "El contador me dijo que dejara las cosas así, no se trataba de una cantidad irrisoria de dinero, que ahí no pasaba nada porque la DIAN perseguía a evasores de miles de millones, yo le hice caso porque no tenía conocimiento de esas cosas", agregó.Declaración de renta: ¿Qué debes tener en cuenta para presentarla?
Cuando Hernández quiso saldar su deuda con la Dian intentó pagar los $320.000 pesos, pero la Dian le informó que el proceso de cobro ya había prescrito. Con la llegada del 2020, para Hernández no solo llegó la pandemia sino un verdadero calvario al ser capturado por peculado por apropiación.
