Rusia, China e Irán pidieron este miércoles trabajar con el nuevo gobierno de los talibanes en Afganistán para garantizar la "estabilidad" de la región, amenazada por la actividad de grupos yihadistas y el riesgo de una grave crisis humanitaria. Una delegación talibán se encuentra en Moscú en ocasión de los primeros diálogos internacionales en Rusia desde su llegada al poder, en agosto. En las negociaciones también participan una decena de países, entre ellos China, Irán, Pakistán y los países de Asia central, pero no Estados Unidos. En una declaración conjunta, los países participantes expresaron su voluntad de cooperar con los talibanes en materia de seguridad para "contribuir en la estabilidad regional", ante la amenaza de "organizaciones terroristas" que pesa sobre el nuevo régimen en Kabul. "Cualquier compromiso futuro con Afganistán requiere tener en cuenta la nueva realidad, la llegada al poder de los talibanes", afirmaron en la declaración conjunta.
Estado Islámico reivindicó el ataque en mezquita chiita de Afganistán
Afganistán, agotado tras décadas de guerra, se enfrenta a la doble amenaza de una grave crisis humanitaria y de seguridad frente a la actividad de grupos yihadistas, tras la retirada de las tropas estadounidenses en agosto.Conferencia de donantes
Moscú, Pekín y Teherán exigieron a los insurrectos afganos que apliquen "políticas moderadas", tanto en el interior como en el exterior. También pidieron a los nuevos dirigentes en Kabul que adopten "políticas favorables para los países vecinos de Afganistán y que trabajen para alcanzar el objetivo de una paz sostenible y la seguridad y la prosperidad a largo plazo". Además, reivindicaron la organización por parte de la ONU de "una conferencia internacional de donantes" para evitar una grave crisis humanitaria. Según ellos, el "peso" de la reconstrucción económica debe recaer en "los actores que estuvieron en el país durante los últimos 20 años", en una clara referencia a los países occidentales que intervinieron en el conflicto. Sometidos a sanciones internacionales, los talibanes no disponen de fondos para nutrir a los bancos ni pagar salarios.Lo que se sabe hasta ahora del programa de los talibanes en Afganistán
En otro comunicado, la diplomacia rusa insistió en su petición para que se forme en Kabul un gobierno "inclusivo", que implique a otras tendencias políticas además de los insurrectos. El emisario del Kremlin para Afganistán, Zamir Kabulov, pidió a los talibanes que se atengan a sus compromisos en materia de respeto de los derechos humanos y de pluralismo político, de cara a un eventual reconocimiento de la comunidad internacional. A la delegación afgana se le informó que el reconocimiento "solo llegará si empiezan a responder a la mayoría de las expectativas de la comunidad internacional en materia de derechos humanos y representatividad" del régimen, dijo Zamir Kabulov ante la prensa. En el inicio de las discusiones en Moscú, el jefe de la delegación talibán, el vice primer ministro Abdul Salam Hanafi, dijo que su gobierno "ya era representativo". En otro comunicado, Hanafi instó a la comunidad internacional a reconocer el poder de los talibanes y alegó que "el aislamiento de Afganistán ya no interesa a ninguna de las partes".Temores de Moscú
Al comienzo de los diálogos, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, destacó que "numerosos grupos terroristas, en primer lugar el Estado Islámico y Al Qaida, buscan aprovecharse" de la inestabilidad del país. "Existe un riesgo real de que las actividades terroristas y el tráfico de droga (...) se desborden hacia los territorios de países vecinos", agregó. Las exrepúblicas soviéticas (Tayiistán, Uzbekistán, Kirguistán y Turkmenistán) son estrechas aliadas de Moscú. "Reconocemos los esfuerzos lanzados para estabilizar la situación política y militar", subrayó Lavrov. Los talibanes consideran que la reunión refuerza "la estatura" del nuevo gobierno afgano, indicó Zabihullah Mujahid.Ascenso de los talibanes causa temor por el patrimonio de Afganistán
Para Rusia, sin embargo, supone una oportunidad para reforzar su posición como potencia regional en Asia central. Su objetivo es estabilizar la situación política y militar, con un gobierno "inclusivo" que aplaque los grupos yihadistas. Desde su regreso al poder en agosto, los talibanes han enfrentado la amenaza de grupos más radicales que ellos, en particular el Estado Islámico Khorasan (EI-K), que realizó varios atentados mortíferos. La situación actual no es extraña para Rusia, tras la invasión soviética de 1979 a 1989, que marcó el inicio de décadas de guerras en Afganistán. Rusos, turcos, iraníes, europeos: todos quieren evitar una crisis de refugiados. Lavrov indicó el miércoles que los yihadistas podrían "disimularse en los flujos migratorios". AFP