El caso de la gráfica sobre homicidios

Según dicho medio, la información presentada por el Sistema de Medios Públicos de Colombia habría sido manipulada para proyectar una realidad distinta a la que reflejan otras fuentes. Sin embargo, esta acusación es infundada. La gráfica se basa en datos provenientes de fuentes oficiales como el Ministerio de Defensa, la Policía Nacional y Medicina Legal.
Estos datos son oficiales y se obtienen como registros administrativos que cumplen las Buenas Prácticas Estadísticas, siguiendo metodologías estandarizadas internacionalmente, por lo que la gráfica representa fielmente esta información. Aunque los datos pueden variar según la metodología de recopilación, la intención de RTVC nunca ha sido la de engañar, sino la de proporcionar una visión más amplia sobre la evolución de la seguridad en el país.

Contexto sobre la gráfica
La gráfica en discusión muestra datos característicos de un periodo, con fines comparativos en lapsos no sucesivos, lo cual es válido, porque permite conocer el suceso que se mide (en este caso, la incidencia del número de homicidios en la población) en momentos con condiciones diferentes, por lo que no se ilustra la tendencia a lo largo del tiempo, sino la importancia estadística del fenómeno en diversas circunstancias, correspondientes a puntos históricos clave, con relación a la política pública nacional de seguridad, por ejemplo, los tres momentos ilustrados:
1991: punto máximo de violencia durante el gobierno de César Gaviria, en el que el país enfrentó el auge de los cárteles de la droga, el conflicto armado y el auge paramilitar.
Gobierno de Álvaro Uribe: punto medio del periodo en el que se implementó la política de Seguridad Democrática del expresidente.
Gobierno de Gustavo Petro: Se tomó el informe más reciente de la Policía Nacional, en el que se demuestra que la tasa de homicidios se ha mantenido estable desde 2014, coincidiendo con el Proceso de Paz en el gobierno de Juan Manuel Santos.
RTVC nunca ha mentido en la presentación de estos datos. El problema radica en que La Silla Vacía pretende evaluar la información desde una perspectiva distinta, imponiendo su propia forma de interpretar la comparación entre periodos.
Además, el uso del término “Detector de Mentiras” por parte de La Silla Vacía es un recurso retórico estigmatizante que busca desestimar la presentación y análisis de -otro tipo- datos ante la opinión pública. Dicho cuestionamiento por parte de la Silla Vacía se presenta a partir de una interpretación subjetiva, (un análisis subjetivo de los datos) cuando, en general, la gráfica presentada representa una tendencia histórica incontrovertible.

De esta manera, el medio induce a sus lectores a creer que la información de RTVC es falsa, cuando en realidad la gráfica muestra una aproximación del fenómeno de violencia homicida en el país en las tres últimas décadas, con el fin de aportar una visión diferente al relato que circula por redes sociales y medios de comunicación. Aunque se ha intentado, a partir de desinformación, generar la sensación de un incremento de la inseguridad en el país, cuando, en realidad, la tasa de homicidios presenta una reducción relativa entre los periodos comparados
Un ataque sistemático contra RTVC
Lo preocupante no es solo este caso puntual, sino la clara tendencia de La Silla Vacía a desacreditar constantemente a RTVC. Mientras que durante el gobierno de Iván Duque el medio publicó únicamente dos menciones negativas sobre el Sistema de Medios Públicos en 2020, desde la llegada de Gustavo Petro al poder, ha emitido 32 trinos con contenido crítico hacia RTVC.
En algunos casos, incluso han republicado la misma nota con connotaciones negativas durante días consecutivos, como ocurrió con el artículo “Hollman TV, la nueva estrategia de comunicaciones de Petro”. El artículo de La Silla Vacía no es solamente un ejercicio de verificación de datos, sino otro intento por desacreditar a RTVC en una campaña de desprestigio sistemática. Mientras RTVC se mantiene fiel a la protección de la Constitución de 1991 y a la promoción de una cultura de paz, La Silla Vacía insiste en presentar a la entidad como una supuesta "máquina de propaganda".

El periodismo debe ser crítico, amplio, que pueda reconocer la diversidad del país, sus conflictos, luchas y también sus avances. El periodismo de escritorio, no puede imponerse como la única forma de contar realidades, desprestigiando el periodismo público y regional que RTVC realiza desde diferentes rincones de Colombia, con el cual ofrece otra mirada de país, alterna al de los grandes medios corporativos.
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