Lograron abrirse un camino en un mundo tan masculino como el arbitraje y en Catar alcanzarán la cima, cuando se conviertan en las primeras árbitras a dirigir partidos de un Mundial, una novedad para estas pioneras que desean que se destaque de ellas "la capacidad antes que el género". Stéphanie Frappart, Salima Mukansanga y Yoshimi Yamashita. Una francesa, una ruandesa y una japonesa entre los 36 árbitros principales seleccionados para dirigir encuentros del Mundial de Catar, del 20 de noviembre al 18 de diciembre, algo inédito en la gran cita del fútbol masculino. Al lado de la brasileña Neuza Back, de la mexicana Karen Díaz Medina y de la estadounidense Kathryn Nesbitt, que oficiarán como árbitras asistentes en Catar, estas treinteañeras han agitado el orden establecido gracias a una carrera de éxito, destaca la FIFA.
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"Desde hace varios años encadenan actuaciones de alto nivel", se felicitó la leyenda del arbitraje, el italiano Pierluigi Collina, ahora presidente de la Comisión de Árbitros de la FIFA. Para Stéphanie Frappart (38 años), el Mundial es el punto culminante lógico a un ascenso fulgurante en el mundo del arbitraje. Primera mujer en dirigir partidos de la segunda división francesa (2014), después en la Ligue 1 (2019), en la Supercopa de Europa (agosto de 2019), en Liga de Campeones (diciembre de 2020) y la final de la Copa de Francia (el pasado 7 de mayo), Frappart forma ya parte habitual del paisaje arbitral francés y europeo."Es el sumun"
"Estoy muy emocionada porque no era algo esperado forzosamente. Un Mundial es el sumun", saborea esta colegiada que dirige regularmente partidos de la Ligue 1 esta temporada. Dos años menor, Yoshimi Yamashita ha vivido una evolución similar en Japón, al convertirse en 2019 en la primera mujer en pitar un encuentro de la Liga de Campeones asiática. Un paso más hacia el estatuto de árbitra profesional, que obtuvo este verano y que es suficiente para abandonar su actividad de profesora de 'fitness', que ejercía a tiempo parcial. Arbitrar un Mundial "es una gran responsabilidad, pero estoy feliz de tenerla", explicó a la AFP esta colegiada, que "nunca pudo imaginar" llegar a ese nivel. En efecto, Yamashita descubrió el oficio gracias a la insistencia de una compañera de universidad, Makoto Bozono, quien "me arrastró a medias" para arbitrar su primer encuentro, recuerda. Desde entonces no ha vuelto a separarse del silbato. Primera mujer en dirigir un encuentro de la Copa de África de Naciones masculina, en enero pasado, Salima Mukansanga (34 años) también fue seleccionada para la reina de las competiciones en Catar. Esta es la máxima recompensa para esta joven colegiada, que soñaba primero con ser jugadora profesional de básquetbol antes de dirigir su carrera hacia el arbitraje. Con solo 20 años, ya dirigía partidos del campeonato nacional femenino.Árbitras modelos
La Confederación norteamericana estará doblemente representada, con la estadounidense Nesbitt y, sobre todo, la mexicana Karen Díaz, árbitra asistente que es el símbolo de un país en el que la igualdad de género avanza poco a poco, pese a un machismo denunciado con fuerza por las feministas, que contabilizan diez casos de feminicidio diarios. A los 38 años, Díaz demuestra a las árbitras mexicanas que todo es posible. "El hecho para nosotras, mujeres, de llegar a instancias importantes y de realizar nuestros sueños es el fruto de nuestro trabajo constante, pero también de aquellas que nos abrieron la puerta la primera vez", declaró recientemente, dando las gracias a su familia, los medios y la federación. Nunca pierde la ocasión de homenajear a su padre, un "fanático" del balón redondo que le transmitió su pasión. "Comencé a jugar al fútbol a los ocho años", recuerda. Ingeniera agrónoma de formación, la originaria de Aguascalientes (norte) dirige desde 2016 partidos de la liga mexicana de fútbol.Puedes leer: ¿Por qué los partidos en el Mundial de Catar han durado hasta 117 minutos?
Díaz renunció a un trabajo fijo por su pasión: "Mi jefa me dijo: 'Arbitraje o trabajo'. No lo dudé un segundo. Dije que prefería el arbitraje, aunque eso significara perder ingresos estables".