Tras las fuertes lluvias que han generado inundaciones en Bogotá, la exministra de Ambiente, Susana Muhamad, explicó en su cuenta de X que los humedales han reclamado su espacio en la capital, evidenciando la falta de planificación urbana sostenible.
Sin embargo, su postura fue cuestionada por el exviceministro del Interior, Luis Ernesto Gómez, quien la responsabilizó de "bloquear" la licencia ambiental para la ampliación de la Autopista Norte, calificando su gestión como un “extremismo ambiental” que afecta a los bogotanos.
Pero por culpa tuya Susana. Fuiste tú como ministra quien bloqueó la licencia ambiental del contrato de ampliación de la Autopista Norte y su adaptación a los humedales.
Tu extremismo ambiental, que no hace ni deja hacer, tiene a millones de bogotanos embotellados e inundados. https://t.co/BDPYFmZXzn— Luis Ernesto Gómez👟 (@LuisErnestoGL) March 12, 2025
Ante estos señalamientos, el presidente Gustavo Petro respondió con contundencia, dejando en claro que la solución a la movilidad en Bogotá no está en ampliar vías, sino en adoptar un enfoque sostenible con transporte masivo eficiente. “Si se amplía la autopista del norte no acabará el trancón, solo destruirá la sabana y el agua”, afirmó, refiriéndose a un principio económico que ha sido reconocido con un Premio Nobel: la expansión de infraestructura vial solo genera más demanda de vehículos, sin resolver los problemas de congestión.
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El mandatario reiteró que la clave para mejorar la movilidad en Bogotá y su área metropolitana es el tren de pasajeros, una solución moderna, limpia y efectiva que ha sido sistemáticamente saboteada por gobiernos anteriores. “El tren en la sabana es eficaz, limpio y no permite la urbanización. Mueve más rápido a la gente, respeta el espacio de la naturaleza y del agua”, enfatizó.
En ese sentido, Petro propuso una alternativa viable ante la crisis ambiental que enfrenta la capital: elevar la Autopista Norte para permitir el paso del agua y evitar el colapso que generan las inundaciones. Una medida que, de implementarse, podría mitigar los impactos del cambio climático y la falta de planificación urbana que por décadas ha ignorado la importancia de los ecosistemas en el desarrollo de la ciudad.
Este debate vuelve a poner sobre la mesa la visión que el primer mandatario ha defendido para Bogotá: una que plantea una transformación estructural basada en la sostenibilidad, el respeto por la naturaleza y el derecho a una movilidad eficiente para todos.