Mariana Mazzucato habló en exclusiva en el programa Noches de Opinión

Mariana Mazzucato habló en exclusiva en el programa Noches de Opinión sobre economía y cambio climático en el marco de la COP16

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Mazzucato insta en la COP16 a reorientar la economía hacia una cooperación global y sostenible, destacando el rol del Estado y el agua como bien común.

La economista italiana Mariana Mazzucato fue la invitada especial en el programa Noches de Opinión el pasado 30 de octubre, en una edición dedicada a la COP16, la conferencia mundial sobre biodiversidad que se lleva a cabo en Cali, Colombia. Durante la entrevista, Mazzucato discutió temas esenciales de su obra y de su perspectiva innovadora sobre cómo debe repensarse la economía global para enfrentar los desafíos climáticos, de biodiversidad y de equidad.

La economía como herramienta para una transformación dirigida

Mazzucato explicó que el crecimiento económico no solo debe medirse por su tasa, sino también por su dirección, es decir, por cómo impacta en la sociedad y el medioambiente. La economista subrayó que una economía con un enfoque equivocado puede tener consecuencias devastadoras, ejemplificando esto con las economías extractivas, como fue el caso de Colombia hasta hace pocos años. En su visión, un crecimiento económico genuino debe estar orientado a resolver problemas sociales y ambientales, no únicamente a generar ganancias.

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Mazzucato señaló que la economía no puede enfocarse exclusivamente en lo privado; el rol del Estado es crucial en este proceso. “En 2013 traté de desmentir el mito de que la riqueza solo se produce en lo privado”, afirmó, resaltando que el desarrollo tecnológico e industrial, desde la NASA hasta las innovaciones médicas, muchas veces tiene sus raíces en la inversión pública. “No se trata de oponer lo público a lo privado; ambos deben colaborar”, comentó.

La economía del agua y el desafío global de los recursos hídricos

En la conversación, Mazzucato abordó su último trabajo, La economía del agua, el cual cierra una trilogía dedicada a explorar la economía desde la perspectiva del clima, la biodiversidad y, finalmente, el agua. Según la economista, el mundo enfrenta una crisis hídrica que va más allá de la falta de acceso, afectando el ciclo hidrológico global. “El agua es un bien común, y nuestras finanzas e inversiones deben organizarse en torno a ello”, afirmó.

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La situación es especialmente crítica en el caso del “agua verde”, el agua que contribuye al ciclo hidrológico global mediante la transpiración de los bosques y selvas del mundo. La Amazonía, los pulmones del planeta, juega un papel clave en este ciclo, y su deforestación podría tener efectos catastróficos en regiones distantes. La conexión entre los ecosistemas globales es tal que un problema de deforestación en un lugar puede desencadenar inundaciones en otro. En este contexto, Mazzucato enfatizó que el enfoque nacionalista debe ser abandonado en favor de una cooperación global para enfrentar estos problemas de forma efectiva.

La economista también mencionó que 2.000 millones de personas en el mundo carecen de acceso a agua potable y que una persona muere cada 80 segundos debido al agua contaminada. Bogotá, Ciudad de México y otras grandes urbes enfrentan problemas en el suministro de agua, lo cual exige soluciones integradas en la estrategia industrial de cada país, teniendo en cuenta los sectores que más afectan los recursos hídricos.

La colaboración público-privada y el rol del Estado en la innovación

Uno de los puntos más discutidos durante la entrevista fue el papel que debe tener el Estado en el desarrollo económico, en contraste con las actuales estructuras de crédito privado. Mazzucato considera que el sistema financiero global está en el centro de las crisis actuales. “Muchos países gastan más en tasa de interés que en salud y educación”, advirtió, subrayando que mientras los bancos han sido rescatados durante las crisis recientes, la estructura misma de la economía no ha cambiado para responder mejor a los desafíos contemporáneos.

En el contexto colombiano, Mazzucato reconoció que el nuevo gobierno de Gustavo Petro ha promovido una mayor colaboración entre ministerios para alcanzar metas ambientales y sociales. Este enfoque, comentó, es esencial para llevar a cabo una economía orientada a misiones. “Hay que crear una economía en pro de los desafíos que tenemos, no solo para generar riqueza”, declaró. Esta economía debe contemplar “misiones climáticas, de salud y de biodiversidad”, asignando a sectores clave de la industria un propósito público.

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Una reconfiguración de las prioridades económicas

Para Mazzucato, la verdadera innovación proviene de una inteligencia colectiva en la que tanto el sector público como el privado se dedican a resolver los problemas más apremiantes del mundo. En la COP16, Colombia tiene la oportunidad de posicionarse como un líder en biodiversidad y sostenibilidad, demostrando que es posible lograr contratos justos y políticas ambientales efectivas en sectores estratégicos como el uso de agua y la explotación de minerales.

El cambio de enfoque en los objetivos financieros es clave en esta transición. Mazzucato indicó que, dado que el 80% de las emisiones globales provienen de los países del G20, también debería corresponderles aportar el 80% de la financiación ambiental global. Sin embargo, este compromiso aún está lejos de cumplirse, lo que subraya la necesidad de acuerdos internacionales más sólidos y justos, un tema crucial en la agenda de la COP16.

Además, la economista advirtió sobre las prácticas de las consultoras privadas en la economía moderna, destacando los conflictos de interés que a menudo impiden un desarrollo económico realmente ético. Según Mazzucato, el fortalecimiento de un banco público en Colombia y en otros países podría ayudar a enfrentar problemas vitales para la ciudadanía.

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Un llamado a la acción global

Las palabras de Mazzucato son un llamado a una economía que no solo esté orientada a crear riqueza, sino a enfrentar los desafíos de nuestro tiempo. Al abordar temas como la seguridad alimentaria y la justicia social, subrayó que sin los movimientos sociales y los sindicatos, los avances laborales y los derechos de los trabajadores nunca se habrían logrado

Este enfoque se alinea con los objetivos de la COP16, que, al realizarse en un país megadiverso como Colombia, resalta la importancia de reconfigurar nuestras economías con miras a un futuro sostenible y equitativo para todos.


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