Estas declaraciones surgen tras denuncias documentadas sobre las condiciones inhumanas de las deportaciones, donde los migrantes son sometidos a esposas y grilletes, en un trato comparable al de criminales.
El presidente instó a los campesinos a abandonar el cultivo de coca, afirmando que "con cocaína no se hace ninguna revolución", pero aclaró que no busca criminalizar a quienes dependen de esta actividad para su sustento.
Gustavo Petro llama a regularizar migrantes estadounidenses en Colombia y alerta sobre el impacto del tráfico en el Darién, controlado por el Clan del Golfo.