El centro de Cali fue escenario de intensos disturbios el 7 de diciembre de 2024, protagonizados por comerciantes informales que protestaban contra las medidas implementadas por la administración del alcalde Alejandro Éder para recuperar el espacio público. Las manifestaciones incluyeron bloqueos en calles clave, como las carreras 13 y 15, y actos vandálicos que afectaron el transporte y el comercio formal en la zona.
El presidente Gustavo Petro se pronunció sobre la situación a través de su cuenta en la red social X, señalando que, antes de recurrir a la fuerza, se deben organizar cooperativas de vendedores ambulantes y explorar soluciones como un pacto bancario que facilite créditos accesibles. Su mensaje fue un llamado a buscar alternativas económicas en lugar de confrontaciones.
Organizar cooperativas de vendedores ambulantes antes de golpearlos. Veamos si el pacto bancario genera créditos baratos para producir. pic.twitter.com/ypXMlV4U9k
— Gustavo Petro (@petrogustavo) December 7, 2024
Por su parte, la concejala caleña Ana Erazo criticó la gestión de Éder y exigió que se prioricen los derechos humanos de los vendedores. “La situación en el centro de Cali se está saliendo de las manos”, expresó en X.
Arengas y quema de llantas
Las tensiones surgieron después de una intervención nocturna de la Alcaldía, en la que se retiraron carretas de vendedores ambulantes. Estos comerciantes argumentan que las acciones afectan gravemente sus ingresos en plena temporada decembrina, crucial para las ventas. "Si nosotros no trabajamos, nadie más trabaja", coreaban los manifestantes mientras quemaban llantas y bloqueaban vías.
Algunos vendedores explicaron que comenzaron los bloqueos desde las primeras horas de la mañana, incluyendo a numerosos migrantes que dependen de estas actividades para subsistir. Según reportes, los manifestantes también forzaron el cierre de locales formales, agudizando la crisis comercial en el sector.
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Hasta el momento, la Alcaldía y la Policía Metropolitana no han emitido declaraciones oficiales, mientras que Metrocali no ha informado sobre el impacto en el sistema de transporte. Sin embargo, las protestas coinciden con otros disturbios registrados en la Avenida Pasoancho, donde encapuchados prendieron fuego a una motocicleta de tránsito y enfrentaron a la policía antimotines.
La situación en Cali refleja un conflicto complejo entre la regulación del espacio público y la búsqueda de medios de subsistencia para miles de vendedores informales. Los llamados a la conciliación y el diálogo, como el de Petro, plantean un desafío urgente para las autoridades locales.
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