En particular, se refirió a la implementación de las 20 emisoras comunitarias para la paz del Sistema de Medios Públicos, un proyecto concebido como herramienta pedagógica para fortalecer el diálogo, promover la reconciliación y construir tejido social en las regiones más afectadas por el conflicto.
Londoño describió su sentimiento como un "sentimiento encontrado de felicidad y frustración". La felicidad proviene del cumplimiento tardío, pero significativo, de esta iniciativa que, según el Acuerdo de Paz, debía estar operativa en un año. Sin embargo, la frustración radica en la demora de ocho años para materializar un proyecto crucial para la reconstrucción del tejido social.
Según Londoño, durante el gobierno de Iván Duque, existió una percepción errónea sobre el propósito de estas emisoras. En sus palabras: “El presidente Duque me confesó que había entendido que estas emisoras eran para hacerle apología a la violencia, y no, es para la pedagogía de la paz". Un malentendido que ilustra, según Londoño, las barreras políticas e ideológicas que han obstaculizado el cumplimiento de varios compromisos del Acuerdo de Paz.
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El valor de las emisoras comunitarias
El propósito de estas emisoras va mucho más allá de ser un medio de comunicación convencional. Su objetivo principal es proporcionar a las comunidades herramientas para educar sobre la paz, fomentar la convivencia y dar voz a los territorios que históricamente han sido marginados y golpeados por la violencia.
Londoño resaltó que, aunque el proceso ha sido largo y lleno de obstáculos, lo importante es que el proyecto ya es una realidad. Estas emisoras representan una ventana para construir narrativas inclusivas, que refuercen el anhelo de reconciliación y fortalezcan la confianza en los procesos de transformación social.
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Un llamado a no perder el rumbo
El líder de Comunes concluyó su intervención con una reflexión sobre el compromiso del pueblo colombiano con la paz: “El pueblo sueña con la paz”. En un país que aún enfrenta desafíos de violencia y desigualdad, estas palabras son un recordatorio de que la paz no es solo un acuerdo firmado, sino un proceso continuo que requiere voluntad política, participación ciudadana y la implementación efectiva de lo pactado.
El caso de las emisoras comunitarias es un ejemplo emblemático de cómo el cumplimiento de los compromisos puede demorar, pero también de cómo, incluso en medio de las dificultades, los avances son posibles. El desafío ahora es garantizar que estos espacios sean utilizados como herramientas efectivas para fortalecer la paz y que proyectos similares no sufran el mismo retraso.
📻🕊️ “Es un sentimiento encontrado de felicidad y de frustración, porque a ocho años estamos terminando las 20 emisoras del acuerdo de paz. El presidente @IvanDuque me confesó que había entendido que estas emisoras eran para hacerle apología a la violencia y no, es para la… pic.twitter.com/JzpdUyA4bQ
— RTVC Noticias (@RTVCnoticias) December 3, 2024
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